Seguro que siempre habías pensado que el platito que acompaña al café es solo de adorno, que su utilidad reside en apoyar la cucharilla y el azúcar, o podrías pensar que como mucho, el platito te puede servir para no quemarte las manos mientras trasladas una taza de café. Pero esto no es cierto, hubo un tiempo en el que el platito del café se utilizaba y mucho, pero para algo que quizás no te imaginas.
Parece que en torno al siglo XVIII la gente solía utilizar el platito del café para enfriar el propio café y beberlo directamente desde el plato, sí, sí, hablamos del mismo plato en el que en la actualidad solo apoyamos la taza y la cucharilla. Aunque debemos matizar y contar que en aquella época los platos eran un poco más hondos y de este modo se podía verter el café encima del plato y al tener una superficie más amplia, el café se enfriaba más rápidamente.
Según cuenta la leyenda, existe una conversación entre George Washington y Thomas Jefferson en la que estaban discutiendo sobre la utilidad que iba a tener el Senado en los Estados Unidos de América y en la que Washington interrumpe a Jefferson para preguntarle el motivo de poner el café en el plato antes de beberlo, lo que Jefferson le contesta que necesitaba enfriar el café, ya que, no tenía un cuello de metal. Como hemos dicho antes, es solo una leyenda y no existen pruebas que demuestren que esta conversación existió, lo que sí es cierto, es que el café se enfría más rápidamente cuando lo sirves encima del platito.
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